Es una consumición que se puede tomar en cualquier época del año: en verano se suele servir fría, acompañada de hielo picado. Aunque es una bebida, su sabor recuerda bastante al arroz con leche tradicional de España. Pero en este caso es mucho más líquido, por eso se puede beber sin dificultad. Aunque ser líquido no significa que sea ligero. Se trata, de hecho, de un producto altamente saciante debido al arroz y al azúcar.
Origen y variedades
La chicha se compone de unos ingredientes básicos: arroz, leche, leche condensada, leche evaporada, vainilla, azúcar, canela, sal y agua. No obstante, como su consumo está tan extendido por todo América del Sur y Central, en cada zona se prepara de una forma diferente. ¡Algunas incluso incluyen alcohol! Aunque aún no hay una fecha oficial sobre cuándo fue creada la chicha ni en qué lugar, los primeros datos existentes son del siglo XVI. Entonces, eran las mujeres las que se encargaban de la preparación de esta bebida. Tras ablandar el maíz en agua, las indígenas lo trituraban masticándolo y pasándolo de nuevo a otro recipiente donde lo dejaban cocer durante poco más de tres horas.
En Venezuela existen dos variedades de chicha: la criolla y la andina. La primera, que se elabora a base de los ingredientes nombrados anteriormente; la segunda, que lleva guarapo, cáscaras o pulpa de frutas fermentadas -normalmente piña- que aporta un poco de alcohol (aunque en baja graduación), papelón y algún tipo de arroz o maíz. Por otro lado, también está la chicha de pasta, hecha con un cereal de menor calidad, por lo que es más espesa y de diferente color.
Durante años se han creado muchas variaciones de la chicha con frutas, verduras o pan, pero siempre tienen en común el papelón o endulzante y la canela. A pesar de ser una receta tradicional, en la actualidad se puede encontrar chicha embotellada en los supermercados.